29 de mayo de 2012

Tanto se escribió de la mentira, el dolor y el amor que todo lo que pueda decir ya ha sido, lo único que puede cambiar es el tono (aunque lo dudo... cuando existe no hay tonalidad ni dimensión, es el aire que aplasta momentáneamente... quizás todos somos hermanos en algo después de todo).
Lo peor de la mentira no es el engaño per se, sino la duda lisa y llana, sin más. En esa orgía de sentimientos donde la confianza, el miedo y el orgullo se unen al punto de no diferenciarse, ahí es donde se encuentra la parte más oscura, donde la verdad pasa a  segundo plano.
Lo que más cuesta es no dudar, perdonar y creer. No retorcerse con cada segundo, no pensar en la gran -enorme-cantidad de posibilidades, no esperar la repetición y confiar.
Sin duda, lo más duro es callar la voz pesimista y pensar que vale la pena creer.
Te lo puedo asegurar.