15 de marzo de 2012

Las palabras enloqueciendo la mano y el pensamiento, los trazos acelerados para que no quede ninguna sin decir, tanto por escribir.
Tiempo atrás las ansias de poner todo en palabras me dominaban, jugar con ellas y decir verdades, locuras y alguna que otra confesión en voz baja era el día a día. Como el objeto que no existe sin un nombre, necesitaba el simple acto de escribir para dar forma y encontrar razones.
Hace tiempo ya que no hay más facilidad, el campo de palabras se volvió cada vez más peligroso. Un campo minado donde me cuesta encontrar la frase exacta. Muchas explosiones y tan pocos aciertos.
Mantengo éste blog por la sola esperanza de que mañana voy a tener tiempo, ganas, ansias...